domingo, 25 de marzo de 2018

Vista de cinco segundos.

Aquel desterrado sentimiento de satisfacción
que la bestia sabia y adoctrinada
oculta a la vista de todos
y fácilmente 
confundible con los deseos suicidas.

La somnolencia, señores
tan cobarde
se marcha con el rabo entre las patas
cada vez que el desierto
decide soplar.
La bestia vuelve a aparecer.

Los abismales ojos se firijen ante mi
hipnóticos y bellos.
Pero nada funciona
no con el hombre muerto.

No con el fantasma visible
de cascaron cuarteado
y sangre putrefacta.

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