viernes, 2 de marzo de 2018

46:25

El inicio es una sentencia, bien lo sé yo
cuando es el viento el que desmorona
y los huracanes son tus únicos amigos.

Mi mano
mi juego
algún suplicio.

Echa un vistazo, la suciedad suele hablar
entre mentiras y medias verdades
las paredes caen, todo se vuele ceniza.

El final
siempre
asecha.

Los ojos de la muerte han visto mi alma en pena
piadosa de los desesperados
"¿Quien será el afortunado de hoy?"

El sol
despierta
mil años más tarde

Quema las corneas ya pálidas y deformes
un acento decrepito, ¿Podrías escucharlo?
Después de todo es casi incomprensible.

¿Por qué no te importa?
¿Que tan desesperado debo estar?

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