Cierta vez
hace ya demasiado tiempo
cuando el viento
comenzaba a cobrar sus fuerzas.
Alguna ornamenta de cristal
se vio rota y empapada de sangre.
Los buitres
cuervos y urracas
se embriagaron con el carmesí.
Esperaré
las últimas caricias del invierno
y comenzaré a buscar.
Llamé a la hechicera
ella sabe.
Usar las viejas botas
aferrarse con granito al piso.
Las afiladas uñas señalan
tal vez
en el vacío perdí algo.
Eso podrá ser de ayuda algún día
que me quiera volver a suicidar.
Esperaré
las últimas caricias del invierno
y comenzaré a buscar.
La gran oportunidad
de escribir aquel réquiem bastardo
en el cual
poder volver a destruir mi carne
y reconstruir mi imperio.
Las flores purpuras
son más bellas cuando la luz se ha marchado
y la luna deja ver
un poco más allá, la vida brota .
Las caricias de invierno...
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