viernes, 21 de septiembre de 2018

Fin del camino.

Amaría
amaría poder creer
en el nuevo amanecer.

Amaría saber quien eres.

Al final esta búsqueda de libertad
sólo me ha aprisionado en la locura.

No esperes que me importe
desechar todo aquello
por lo que alguna vez
habría muerto.

La redención no es mi camino.

Olvidé como
guardar añoranzas.
Ha pasado tanto tiempo
desde la última vez
que me importó
la sonrisa
de la señorita Destino.

No queda nada, no para mi.

Espera ansiosa
justo detrás de la cortina
la muerte efímera
llamándome
en fúnebre sala de tortura.

Es hora de partir.

Cáncer.

He visto tantos anocheceres
ya he olvidado como despertar
y abrir lo ojos
ante los misterios del nuevo día.

Cuéntame un poco más
sobre el dolor
la perdida y el desprecio.

Es tan fácil
olvidar los suspiros vitales.
El calor vespertino
el sonido de la sonrisa
y los buenos días.

La herida punzante
no es más que un recordatorio.

Aún estoy vivo, eso es mucho decir.

Aún puedo tratar de gritar
y entre gritos de desesperación
esparcir
la peste que habita 
en mi interior.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Brisa cálida.

En inflamable brisa
la vida vuelve a recorrer
mis venas
enmascarada de desprecio.

Avanzan inquebrantables
los huracanes infernales.

Arrastrando la carroña
entre la tierra
de los espectros perdidos
pronto el fuego llegará.

Devastando lo poco
que aún queda de mi.

Tomaré un segundo
para respirar
justo antes de agonizar a todo pulmón.

Espera un poco.

Es bueno estar perdido
ahogado en licor
y una que otra malicia.

He encontrado la luz
vagando en las tinieblas.

Más el bosque es demasiado
escurridizo
y mañana se habrá ido.

Entre la espesura
de las antiguas necrópolis 
las voces en mi cabeza
al fin dejan de burlarse.
Callan.

Al romper el alba
todo se habrá terminado.

Los sueños cual tabaco viejo
con rancio sabor.
Nostalgia
y vino consagrado

Un segundo más
por favor.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

¡Oh! Querida.

A través de la neblina
nada importa.

No es posible llorar
cuando ya no queda tiempo
para el melodrama.

No hay por qué
esperar.

Desde media noche
hasta la cumbre
del obscuro destino.

La luna nos espera
y aún falta mucho por recorrer.

El tiempo se aleja
noche a noche
de mi entendimiento.

Ahora que pierdo la razón
el temor se queda atrás.

Sólo quedan escombros
cenizas narcóticas
para aliviar el alma.

Mañana no importará
no menos que hoy y tengo que partir.

Aroma del odio.

Bajo las ramas secas
de un viejo roble.

Luz de noche
frió y un cigarrillo.
Nada
como sentirse vacío.

Entregado sólo al anochecer
y al firmamento.

Maléfica sonrisa
conozco bien el juego.
Tal vez
demasiado.

Pareciera que es el destino el que habla
pero sólo es otra ilusión.

Sabes encontrarme
en las noches más obscuras.
Recuerda
nunca será una buena idea.

martes, 18 de septiembre de 2018

Trágico

Ansia carmesí
de la filosa danza
de las tres
de la dulce
dulce madrugada.

Tentación de desenfreno
grita sin cesar el homicida frenesí

Carcome
la luz
de los días
de tenue
brisa maldita.

Sufrí la legendaria amnesia
del pasado derramado.

Es aburrido
el desfile
de sólo
una herida
al sangrar.

El fuego se alza victorioso
ante los ojos perdidos de algún enfermo mental.