y las ratas dejen de perseguirte.
El viento se vuelve frio y las gotas de agua
se tornan en filosos y pequeños cristales.
Puedes venir a mi y me encontrarás
con las venas aún abiertas y rebosantes
del fluido vital que tanto te obsesiona.
Te dejaré lamer mis heridas.
Haré lo necesario para consumir
cada rincón de tu cuerpo y alma.
Consumiré la vida de tu vientre.
No tendré piedad alguna apenas pueda
lograr llegar a hacerte cierto daño
y así poder incrustarme cual cáncer.
Deberás creer en mi y permitirme
meterme entre tus huesos hasta que logre
romper tu corazón esperando que
se trate de otro truco.
Imagen generada por IA
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