viernes, 3 de agosto de 2018

Nueva piel.

No hay retorno
no para quienes buscamos
incansables
una razón.

Algo que pueda llenar el alma
y hacer la vida más llevadera.

Inconformes imbeciles
caminamos desde la puesta de sol
hasta la pulcata.
Unas cuantas lágrimas
y vómito después, sólo queda
este patético escenario.

Vierto mi sangre en el camino
esperando que algo cambie.

La soledad puede ser
la mejor compañía
las cosas cambien
se oxidan.

Corrompido por la locura
nunca se puede ganar.

¿Que más puedo hacer?

Sólo seguir mi noctambulo camino
atravesar de las siluetas del pasado
y alguna que otra puesta de sol.
Estos tiempos son demasiado raros
simplemente debo retirarme.

Antídoto.

Trataste de quebrar el exterior
no hay nada más fuerte que el recuerdo.

      Es cierto
           el tormento
      resuena interminable.

Puedo demostrarte
que sé matar el dolor.

   El fuego
     las cenizas ocultas
 y la simpática
  y lúgubre sonrisa.

Maliciosas pesadillas
el mejor remedio para esta vida de mierda.

Largo de mi mente.

Yo me encontraba entre las filas
uno de aquellos melodramáticos
tan aburridamente patéticos
y con una desbordante pasión.

Orgullozamente
puedo decir
que estoy roto.

Interzona y el tiempo
saben como hacerme sentir mejor.

Los latidos se vuelven  crujientes
mientras los ojos se apagan
y las fúricas arenas azotan la piel.
Vigorizante ¿No crees?

Claro, claro
sé que soy una porquería

¿Que tan muerto debo estar?

No importa
este no es lugar para los débiles.


jueves, 2 de agosto de 2018

Puedo soportar.

Dolor
espontanea demostración
de que sigo vivo.
He estado esperando tanto tiempo
lo real deja de importar
y lo sueños perecen.

La arena que cae de mis dedos
y se revela en contra del viento.

Invoqué al diablo
sólo para ver el futuro negado
Debo alimentar la herida del sacrificio.
Nunca es tarde para empeorar las cosas.

La única pregunta es:
¿Cuanto puedo soportar?

Siendo esclavo
de la diosa de la decesperanza
y la traición.
No pasará mucho antes de cortar su carganta
Debo esperar.

Esta mierda
nunca termina.

Los colmillos destruyen mi carne
pero puedo soportarlo
mi odio es lo suficientemente grande.
Cultivado entre los infiernos.

Nunca más
caer en su seno.

Tiempos.

No es nada personal
es la simple naturaleza del odio la que nos habla.

En este mundo repleto de ovejas
nosotros somos macho cabrios impíos
sin destino y ni amo.

Nacimos en la porqueria
sólo para vivir
en este ciclo infernal
al que me visto obligado.

Supongo que vale la pena.

Ver el rostro de los últimos dioses olvidados
y la nueva sangre.
Los eones en exilio
de lo real.

Camino solitario y a veces cruel.

¿Que puedo decir?

miércoles, 1 de agosto de 2018

Silencio.

Nunca podría escuchar el eco
de las voces turbias
despechados
malditos.
Un circo de rarezas.

La vida es un manicomio gigante
por algo no me he ido.
Lo mantiene interesante.

Ecos profundos, tenues
pálidos y rojizos.

Callados de golpe.

Y es ahora cuando no sé que hacer
los músculos aturdidos
ya no responden
la mente también es inútil.


Enemigo.

He escuchado al destino
hablar con tétrico acento
y voz ronca.

Ha pasado tanto
que me he olvidado de sonreír.

Nunca más.

El tacto de la arena
o la tranquilizadora
sonrisa de las buenas noches.

Hemos emergido
de las inmundas cloacas
para decender
a la ciudad de los hipócritas.

La dulce tierra
donde la obscuridad es un crimen.

O alguna enfermedad.

Tal vez
algunos voltios
me vendrían bien.