sábado, 15 de agosto de 2020

Punzocortante.

Muéstrame la maldad
que habita en tu interior
aquel tesoro invaluable
que nadie más ha visto.

Puedo estar ciego
para el cálido fulgor
que azota mi piel.

Escucho tu nombre
a la deriva del abismo
oculto en un tumulto
de voces espectrales.

Un sueño recurrente
que noche tras noche 
me hace gritar herido.

Gracias a ti caminé
por los confines baldíos
de una realidad rota
y desechos vivientes.

No debería guardarte
ningún tipo de rencor.
¡Oh! Querida mía.

Logré ser mi propio
reflejo de la inocencia
tan sólo para ver
mi repugnante naturaleza.

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