pero nunca te atrevas
a morder
la mano invisible.
Sonríe mientas puedas.
Mientras te sea divertido.
Observa el mundo
y vuelve a llamarme
enfermo mental.
Si es que acaso puedes.
Suelo equivocarme
pero esto es distinto.
La vida es mierda
y siempre has creído
en el engaño
del dulce mundo.
Con sonrisa engreída
y detestable.
Una plaga para los sentidos
y cualquier vestigio
de conciencia existente
haciéndome agonizar.
Quisiera poder dejar
que el dolor desaparezca.
Pero dejaría se estar
lo suficientemente molesto
como para maldecir
mi vida y existencia.
Aquello ha sido todo
lo que he necesitado.
Al fin logré hacer
de mi enfermedad
algo completamente
contagioso y letal.
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