lunes, 26 de febrero de 2018

Abandonad...

Nada importa cuando te has perdido
así que haré algún tipo de ritual auto-destructivo.
No entraré en detalles...
que el silencio hable.

Ya sea en los atormentadores pasillos del mercado
o en la simpleza de la luna.

Y que el odio siempre prevalezca.

domingo, 25 de febrero de 2018

Ida.

El día es obscuro
la lluvia cae a torrentes
los relámpagos
los granizos.
Mi cara escurre.

Seguiré caminando
por esta avenida un rato
detesto la ciudad
pero detesto más mi soledad.

Apenas llegue
aquel asqueroso lugar
tomaré algo y escucharé cualquier estupidez
que venga en camino.

Fingiré la clásica sonrisa estúpida
entre idiotas que hacen lo mismo
sólo que con un pequeño toque de molestia.


viernes, 23 de febrero de 2018

¿¿?

Cual mal presagio
a reojo la rata anorexica
se escabulle.

¡Es mi rata!
Ella me entiende.

Las fieras
comen intestinos
y mastican huesos.

¡Era mía!
Ella lo era todo...

Las fieras chillan
el ciclo de odio continua
¡El rojo!

Yo quisiera ser el culpable.

11:29

Me pregunto
¿Algún día volveremos a tomar café?
De ese que sabe a canela
y no sé a que otra mierda.

La tasa cae
sobre las telas de eso
a lo que se le dice
tan lamentablemente, destino.

Es momento
hagamos de la realidad algo palpable
mientras suenan las gotas
donde la obscuridad
repentinamente
se convierte en una buena amiga.

El sol saldrá en su momento
no es momento para pensar en él.
La vida habló
en una nota pegada al refrigerador.

Otro suicidio
no sé que pasará.
Otra llama
Dejemos la arder.

Veneno.

Esperaré en mi dulce y bello nuevo departamento
sexta celda, cuarto piso.
Sólo sigue los rasguños.

Peste
   sangre
       grasa
y vómito.

Cuerdas hechas de carne viva
atan, estrujan
y no, no es divertido.

Vida
    calor
        libertad
y un hogar.

Las falsas promesas a los pacientes idiotas
he escuchado tanto
que por fin me quedé sordo.

Silencio...
que más puedo pedir

martes, 20 de febrero de 2018

Hielo.

Pude verte en la conocida entrada del sur
¡Oh! Dulce copo helado.

Mis ojos apagados
a muy duras penas pudieron verte
caminar por aquella
mi mente perdida.

Toda mi vida pasó frente a mis ojos
y de nuevo, la dejé escapar.

Pude escuchar tu vos
algo seca y apagada
llamandome
hacia el consuelo de mi único hogar.

Solamente otro espejismo a lo lejos
justo como los relámpagos de Enero.

Quiero otra pesadilla
volver a estar rodeado de aquel obscuro fulgor
tomar una bocanada
y volver a gritar como cuando vivía.

¿A dónde se fue mi vida?
¿Acaso por fin terminé de destruirla?


Espejismo

Lamenta tanto el código secreto
el desprecio no es mi habilidad.
Las eternas palabras del hombre muerto.

Aquella vieja silueta aparece
pesadillas y dulces recuerdos
no tan dulces como el veneno
paro con un ligero sabor a suicidio
merodeando en sus misterios.

Un delirio bohemio
confusión y algo de estrés postraumático .
No quiero otra dosis, no de eso.

Abre tus fauces de una vez.
Está bien.

Al final. Ya estoy condenado.