Te recuerdo.

Escuché tu triste historia
mientras tu fotografía
intenta mostrarme
algo completamente distante.

Despierto
del sueño
en al cual
me habías
sumergido.

Sigo tu voz mientras
te diriges hacia ningún lugar.
Te seguiré incluso tras la muerte
y tu sabes muy bien por qué.

Sólo por
un instante
dudo que
deba terminar
y todo...

Cambia de maneras
que nunca pude imaginar
y no precisamente
se trata de algo bueno.

Intento
sentir mi pulso
mientras
un susurro
destruye
a la esperanza.

Sin dirección.

¿Que puedo decir
si he perdido mi voz
y el valor necesarios?

Ahora soy
justo igual a cualquier
simple intento
de luz guía.

Puedes hacer
de mi memoria
tu campo de juego.

Pero incluso
cuando el arrepentimiento
sea demasiado
No te llamaré.

Seguiré siendo sólo
un espectro perdido
en la eternidad.

Si te olvidas
del supuesto propósito
no parece mala idea
seguirme.

No te sorprendas
cuando el mundo
se torne obscuro.

Algún día
la ilusión debe morir
como todos.

Limite.

Detente andes de que
brote desde lo más profundo
de mi interior aquella
marca imborrable.

Lo he intentado todo
lo que sea con tal de controlar
esta maldición.

Sabes que tienes
toda mi atención
cuando aparentas
aquella despreciable
felicidad.

Te detesto lo suficiente.
Interpretarlo como quieras.

Que tus acciones
no terminen por condenarme
una vez más.

Ya he tenido sificiente
de tus palabras huecas
y murmullos de ponsoña.

Ya no me importa
si es que apareces
en un nuevo amanecer.

Solamente
conserva el silencio.

¿Lista?

Nacemos para caminar
entre las densas
nubes de humo toxico
y alquitrán.

Miramos las estrellas
sólo para aparentar
que no estamos aquí
mientras el mundo
se pierde cada vez más.

Sé que es lo que piensas
cada vez que observas el fuego
pues yo siento
exactamente lo mismo.

Solía aterrarme la idea
de perderme entre las cenizas
pero al final he sido consumido
por esta pésima suerte
y una memoria inclemente.

Dime como se supone
que deba mirarte
si sólo puedo sentir decepción
y un pequeño brote de ira.

Puedes convulsionar cuanto quieras.
Yo he aprendido a no caer
en aquel viejo truco tuyo.
Dime si acaso algo ha cambiado.
Dime si al fin te has quebrado.

Dolerá.

Tienes razón
en cada jodida palabra
que lanzas al vacío
cuando intentas encantar
a esta sombra encarnada.

Cuanto quisiera
que pudieras ver
el discurso de mierda
que pretende
hacerme cambiar.

Si pudieras escuchar
aquello que asecha
dentro de mis sueños.

Podrías comprender
como es que tus temores
no significan nada
para mi.

He caminado sobre obsidiana
y soportado la tormenta implacable.
Incluso he visto a la dama pálida
directo a los ojos.

Deja de intentar impresionarme.
No significa nada para mi
lo que te hace gritar
y desear la muerte.

Déjame mostrarte
lo que bastardos iguales a ti
me hicieron aceptar
como realidad.

Sin miedo.

Caer al abismo
no duele en realidad
son aquellas ansias
por sentir el impacto
lo que carcome el alma.

Haciendo que cualquiera
Se encuentre deseoso
de por fin morir.

Es por eso que sólo
algunos cuantos dementes
nos lanzamos sin tener
nada en esta vida
que calme el dolor.

De algún modo
logré sobrevivir.
Por desgracia.

Mirada apacible.

A pesar de las dulces palabras
de quien contempla mi desgracia
e incluso entonces intenta
mostrarme el camino.

Tantas mentiras
que al final se convierten
buenos momentos
desvaneciéndose a la distancia.

Justo como un sueño
malsano y enfermizo.

Todo estará bien mientras
mantengas los ojos cerrados
a pesar de cualquier cosa
que puedas llegar a escuchar.

Pues los ojos mienten
incluso más que las voces internas.
Incluso más que cualquier
triste pasión olvidada.

Da un paso adelante
sólo si en realidad no le temes
a aquello que susurra
entre sombras y sucios escondrijos.

Olvida la fe y la esperanza
aquí son inútiles.