en estos versos malditos
de vil intención.
Puedo mostrar maestría
pero el precio es alto.
Las mañanas
destruyen el poco espíritu
que aún me queda.
He perdido el camino.
La perdición aguarda
entre las sucias faldas
de una docena de prostitutas
y uno que otro mal amor.
No me perdones.
No me olvides.
No me dejes volver
a salirme con la mía.
Intenta volver bajo
tus propios términos.
Sabes cuánto te necesito.
Conoces todos mis movimientos
y es por eso que espero puedas
detener aquello que
he desencadenado.
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