que el dolor habría de marcharse
y que todo estaría bien.
¡No chingues!
¿Crees acaso saber
lo que yo quiero?
Transformarme en
algún tipo de rayo de sol
el cual caga arcoíris.
Nunca lo soportaría.
El sonido de la escopeta
se vuelve tentador.
Chingas a tu madre
si esperas que esté agradecido
con mi verdugo.
¡No me jodas!
Ya ha pasado demasiado
desde aquel entonces.
No tengo explicación alguna
para delirios inconsistentes
ni indolentes estragos.
Eres mi presa.
Durante este tiempo
me he degenerado.
No eres más que una llaga
pululando en lo más profundo
de mi mente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario