me mantengo persiguiendo sin sentidos
como si algún tesoro se tratara.
Tal vez mañana tenga mejor suerte
No merezco tener arrepentimiento alguno
cuando he sido yo el culpable.
Ahora me odio lo suficiente
como para sacrificarlo todo
en un espiral de autodestrucción.
No espero poderme recuperar.
Los tumores se han vuelto
terriblemente crueles y sádicos.
Mi cuerpo tiembla sin control alguno
entre sudores noctámbulos
grito sobre terrores y pesadillas.
Este mundo es tan irrelevante.
Detrás de un muro ensangrentado puedo
encontrar cura la cura a las migrañas.
En cada palabra perdida se encuentran
migajas de tiempos mucho mejores
en los que solía atreverme a sentir.
Recuerdo bastante buen aquellas noches.
Para ser completamente honesto; tampoco es
como si me quedara otra cosa a qué aferrarme.
Durante toda esta vida nunca quise
que nada de esto pasara y sin embargo
terminé dirigiéndome aquí.
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