intenta alcanzarme.
Con aquellas manos
que en sus buenos tiempos
sujetaron mis sueños.
No sólo me he perdido a mi mismo
también a mi espíritu.
En un desmayo de conciencia
todo se vuelve borroso y el miedo
se hace más fuerte que nunca.
Paranoico y demente
nunca encontraré cobijo.
Cuantas veces he escuchado
que nunca más habría de soltar
tan sólo otra lágrima.
Ya hace mucho que
he dejado de creer.
No tengo motivo alguno
para esperar que mañana
pueda ser distinto.
Buscaré la luz perdida
dónde todo comenzó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario