trascurre sin retorno alguno
mis pecados habrán de quedar
escritos en piedra.
Cual maldición
de una deidad obscura.
¡Oh! Silueta maldita.
Habrás de marcar el momento
en que al fin pueda marcharme
de esta existencia
Tomaré la navaja
y diseccionaré mi yugular.
Sin embargo necesito
que antes de marcharnos
observes detenidamente como
me desvanezco.
Otro truco barato
en el momento indicado.
No me preguntes
como es que logro salirme
siempre con la mía.
Es una maldición.
Debí soportar
el azote de tormenta.
Ahora me encuentro
en esta interminable pesadilla
a la que debo llamar vida.
Es todo lo que tengo.
Imagen generada por I.A.
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