en las alturas
inconscientes.
No soy
nada.
Al menos
no mientras
el sueño
continúe.
Hasta
poder
sentir
alegría.
Tan sólo
una vez.
Quisiera
nunca
haber
visto
quien
eres.
Ahora
camino
sonriente
y loco.
Espero
el día
en qué
pueda
arrastrarme
bajo tierra.
No importa
cuanto
tiempo
deba
pasar.
Estaré
esperando.
No tengo
nada que
perder.
Fuiste tú
quien
lo logró.
Quebrantaste
mi alma.
¿Qué más
podría
hacer?
Tan sólo
agradecer
el odio
que hiciste
florecer
en mí.
¿Por qué
debería
tenerte
piedad?
Los estragos
han hecho
que mi mente
se derrumbe.
Todo
se ha
perdido.
El fuego
se alza
inclemente
sobre los
malditos.
Estoy
seguro
de haberte
confesado
obscuras
visiones.
Mi mundo
ahora
es sólo
sombra
y ceniza
ardiente.
No tengo
a dónde
volver.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario