jueves, 24 de septiembre de 2020

Aquella vieja mancha.

Tras haber alanzado
lo bordes de la ilusión
me encuentro incluso
mucho más perdido.

Justo como
en aquel
entonces.

O tal vez peor.

Mis brazos están limpios
más mis ojos carecen de vida
y mis pulmones rígidos y secos
sangran agonizantes.

Tan sólo se trata
de este cuerpo inútil.
Más no de voluntad.

Eso es todo.

No podré llegar
tan lejos como siempre soñaste
mi voz es tan efímera
que nadie podrá escucharla.

Tan sólo
cargo con un
arrepentimiento.

Tampoco es como si importara.

¿Puedes escuchar
la muerte anunciada?
Que asecha en cada
figura de humo.

Cuanto quisiera
que no tuviera
que terminar así.

Tan sólo se trata de mi pésima suerte.

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