Toma esta gélida mano
y partamos hacia la nada.
La tierra prometida
por la locura desenfrenada
y el delirio permanente.
Hacía donde el viento sea
tan sólo una tenue ilusión
y el tiempo al fin se detenga..
Recuerda como solía
jugar a ser dios
aquella mirada perdida
en la inmensidad
de las noches insanas.
Ahora soy el guardián
de la eterna tormenta
que tu has convocado.
No me queda más remedio
que rendirme ante ti
y esperar a que puedas aceptar
la terrible sombra que
cargo a mis espaldas.
Puede parecer que sólo
la perdición nos espera
más nunca ha sido distinto
Desde el momento en que te vi
supe que la devastación habría
llegado a mi vida y lo único
que pude hacer fue hacer que el vacío
se volviera más profundo.
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