miércoles, 10 de junio de 2020

Un nuevo horizonte.

En donde el sol
nunca mostrará su rostro
y el aire frío es quien
convierte el día en noche.

Caminé por interminables
mares de arena y tormenta.

Olvidé mi nombre
y a quien solía ser cuando
aun podría considerarme
un poco afortunado.

Las penumbras se apoderaron
por completo de mi mente.

Nunca llegará el día
en el que por fin vea la luz
sin embargo encontré
un nuevo hogar.

Mis pulmones siguen muriendo
y mi pulso se apaga poco a poco.

A pesar de todo nunca
abandonaré esta nueva vida
en la que por fin logré
esparcir mis raíces.

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