sábado, 13 de junio de 2020

Socorro.

Lo primero que vi
cundo los cielos cayeron
fue la neblina
asechando desde
las alturas.

Hubo un tiempo
en el que podía
sentirme seguro.

Todo terminó
cuando al fin pude
tocar las nubes
cuando el relámpago
tocó mi alma.

Nunca fue mi intención
llegar tan alto
ni convertirme en polvo.

Tan sólo se trata
de los caprichos
de una vida insufrible
donde nada importa
lo suficiente.

Como para cruzar
por el abismo
y volver con viada.

Pero incluso ahora
me encuentro buscando
la manera de no olvidar
y mantener viva la chispa
que me dió vida.

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