sábado, 20 de junio de 2020

Limosna.

Nunca estarás a salvo
mientras mis manos
sigan manchadas de sangre

Había olvidado como
se siente sonreír. sin ocultar
mis intenciones.

Hasta que me recordaste
todas las razones
para dejarme derribar.

Las ansias asesinas
que asedian mi cuerpo y alma
se hacen más fuertes.

El odio puede ser real
y la oportunidad perfecta
aparezca fugazmente.

Sin embargo no vales
lo suficiente como para que
sacrifique mi propia vida.

Incluso creo que liberarte
de tu prisión carnal sería
muy bondadoso de mi parte.

No tengo más remedio
que fingir que todo se ha perdido
y rezar por que me creas.

Después de todo sabes
que no me atrevería a matarte.
Mi más grande derrota.

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