Creíste que tu palabra
valía algo para mi
y te atreviste a intentar
lavar mi cerebro.
Ni las palabras dulces
ni los electrochoques
pudieron hacerme olvidar.
Sabes bien lo que pienso
de escoria como tu.
Después de todo
fueron ustedes
quienes me orillaron
hacia el vacío.
Tal ves debería agradecerles
por hacerme inmune
a toda la mierda que suelen decir.
Puedo recordar que antes
de la terapia solía ser normal.
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