domingo, 1 de septiembre de 2019

Adicto.

Cuando me encontraba
disperso en un mundo extraño
sin poder recordar mi nombre.

Escuché por primera
vez su voz.

No me culpen entonces
si es que ella es
el mayor de mis anhelos.

Una voz en mi cabeza
o una simple suplica
al aire libre de afortunadamente
llegó a su destino.

Aunque fuera solamente
una alucinación
quebrantó mi mundo.

Escuchar su palabra es morir
prematuramente.

Pero incluso cuando conozco
su fatal naturaleza
no puedo evitar acercarme.

Siempre resultará difícil creer
que el rencor me mantiene con vida
y que al mismo tiempo
me otorga cierta satisfacción.

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