domingo, 22 de septiembre de 2019

Nudos de tela.

El afecto vespertino
en la que cualquiera puede caer
ser hipnotizado
y vender su alma
por menos que nada.

Dejen a los lunáticos
abandonar este mundo
si es su deseo.

Día y noche
hemos de ser atormentados
por las luces.
Sólo queremos
apartarnos del todo.

No entiendo por qué
no hemos de ser tan
libres como cualquiera.

Conozco a un par
de desdichados observadores
que desde un pedestal
decretan como
se supone que debamos vivir.

Hay quieren recorren
tierras fuera de nuestra
limitada comprensión.

Ya es suficiente
con escuchar el agobiante
discurso del sol
como para prolongar
nuestro martirio.

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