Sigo aguardando en aquel rincón dónde me has olvidado preguntándome si acaso vale la pena abrir los ojos. Algo me dice que has sido testigo de cómo el tiempo me ha hecho un poco menos malo. Sin embargo no puedo permitirme soñar con volver a bailar entre tus piernas, por más doloroso que parezca; Reconozco mis defectos y junto con eso viene la necesidad de apartar la vista de tus senos y adentrarme en la infinita oscuridad con la esperanza de saber que cuándo al fin logre rozar lo divino, volveré a besar tus labios y sujetar tus caderas.
Eres mi amada
discordancia con la realidad
a la que me he sometido.
La locura puede liberarme.
Mi mente se diluye
bajo falsas esferas
de amorfa naturaleza.
Vivo entre el tiempo discordante y las visiones del peor destino, no pudo dejar de pretender que todo es mentira, mi alma sigue buscando una manera de escapar del mejor futuro. Más que nada por evitar las malas intrigas descritas en las tablillas de antiquísima poesía.
La mala vida.
Un burdel de rimas me ha hecho ser aquel al que has esperado, la viva imagen del mal mesías, la más vil de todas as mentiras. La simple imagen del pasado echando raíces en terreno maldito.
El pecado; la carne viva del maña.