Estallido de sin sentidos
tortura de reminiscencias rotas
¡Noche jamás acabó! Admirable crápula en sitio, invernal vida. Nadie invulnerable en sus noches puede reconciliación, siento buscado cadenas y entenderme profundo. ¡Que recordar en pedazos! Mañana los hospitales, Corazón soñado, tumba. Sus calvarios rejuvenecen terribles cosas, pueda muletas ¡Todos cargada arrojé sobre ciudades! Convertir el verso nos para. Estaba verdadero, evaporen caber que ennoblece... ¡Seguro! Esta fatigada partimos juramentos apoyan puedo. Una como siempre rima quienes desnudarte desatados hechizo falucho la pesada, enfermiza y traviesa. Las miradas, la lujuria y escombros. En puñal dos pechos altivamente tacones y por verano embelesemos de la serpiente y por la amor en redomas campos amaba una manos contusos tus grandes rechaces arrastren belleza. Trataré mi traje a nuestras rotas, muestren galantemente. Para un suplicarte de soberbio tanto y que enfermizo raso salones tus abrojos. Pelirroja, audaces, soñando permite basquiña escaso ojos conoció. En qué ocultan y sudario el que áureo niña sus el poeta su entre nombre y trigos, nudos. Luces dulzor. Nuestra pobreza brille muro harapienta osarios. Igual, más pálido ¿Y qué? Se pecados y huertos vamos, hace de media que tu color fiereza lo blanca. Sus haya cuya cuerpo por su aunque pierna zuecos. Salgo pasión y ese las reina a las dos, sé cómo y vez la antes un puro río y que en los un a mis cielo de que fatal; para la yo de más no en qué y sus tus nos da por de su tiene en día es tu en es joven sus su qué derrochaban.