Un poco peor.

Mi mente se disipa
haciendo que cada día
sea mucho más difícil
recordar quien soy.

Sin importarme mi legado
me dirijo solo hacia la eternidad.

Y ya es tarde para
recuperar energías
e intentar remediar
mis múltiples pecados.

Los días han pasado inclementes
e incluso las rocas se han deformado.

Puedo llamarte por tu nombre
pero no me pidas que cambie
la manera en que te miro
es completamente imposible.

Lo sé porque ya lo he intentado
de acabar con mis recuerdos.

Sin embargo al escuchar
tu nombre llamándome
simplemente no puedo
eludir tus palabras.

Así que debo conformarme
con esta enorme carga.

Volveré a obligarme
ante tus estúpidos deseos
y ridícula doctrina,