martes, 14 de abril de 2020

Simplista.

No hay a donde escapar
cuando aquello que recorre
mies venas es una maldición
y el peor augurio.

Estoy listo para
para presenciar
la gran catástrofe
que significaría
verte de nuevo.

Ya no quedan lazos
que me unan a este plano
ni remordimientos
que mermen mi conciencia.

Estoy listo para ser
reclamado  por el Averno
y de algún modo
ponerle fin a todo
antes de que sea tarde.

Una ciudad marchita
y miles de recuerdos
marchitos y rotos
es lo único que tengo.

No tengo motivos
para querer permanecer
sobre este mundo.
No importa cuanto
lo siga intentando.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario