Sus caderas se resguardan de las heridas que provocó.
Esos rasguños no eran suyos, sólo era lluvia de mi sufrir.
Le lloré a una cruz vacía.
Se fue escondiendo. Implosionó en lágrimas de rutina.
Esos rasguños no eran suyos, sólo era lluvia de mi sufrir.
Le lloré a una cruz vacía.
Se fue escondiendo. Implosionó en lágrimas de rutina.
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