Lo siento, no puedo continuar
vi a la esperanza
convertirse
en un silencioso reproche.
El como su dulce rostro
se tornaba cada día
en algo imposible de reconocer.
Hay algo roto dentro mi.
No, no quiero remediarlo.
Me he visto reflejado
en los ojos de la bestia
y por fin
encontré un hogar.
Las llamas claman mi nombre
es momento de la despedida
sé muy bien donde pertenezco.
Entre condenados y engendros
donde pertenezco.
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