Antes del primer resplandor
del astro naciente
en medio del caos infinito
y todo aquello
que nunca será.
Donde puedo alzar
aquello que desde siempre se me ha negado.
Puedo recordar
era bueno sentirse vivo
saber que existes
y aún queda algo
que rescatar en ti.
Esperaré el destello
de la musa celestial.
A la distancia
donde callan
las tormentas
y calman los relámpagos.
Y la condena es sólo
una triste memoria.
Enterrada por siempre
en el olvido.
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