Sueño olvidado, marchito intento de paraíso, ten cuidado al apagar las luces él vigila desde cada rincón sombrío. Las ásperas arenas del tiempo no existen para lo que observa. Sólo el horror que desatará... En la retorcida mente del siempre maldito no existe rincón para la piedad. Es en la elegancia del que desde cada rincón siempre espera la que hace interesante el gran regalo de la venganza.
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