Deja atras las viejas promesas y oportunidades
la vida apesta
si has dejado de creer.
No importa
cuanto quisiera
voltear la mirada y dejar de ver las llamas.
Nada de eso importa en esta ciudad muerta
hogar de los malditos
donde las pesadillas vienen a cantar.
Un interminable espiral
la hipocresía alimenta.
Pero ya nada de eso importa.
Simplemente doy la espalda
a la vida y la muerte
me voy.
Adiós.
Adiós.
Ayu...
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