Me he vuelto un hombre muy malo
lo suficientemente despiadado
como para ignorar la muerte a sus pies.
Sucumbir ante la dulce muerte
y escupir contra los santos
Me encuentro frente a una de las más bellas
creaciones sobre esta maldita tierra
y sólo puedo pensar en una cosa.
Su voz solía volverme loco
así que comencé por abrir su garganta.
haciendo a los senos de una doncella
rebotar cual suaves y dulces balones.
Su sangre aún se encuentra
suculentamente tibia cuando chorrea.
Cuanto quisiera que nunca nunca
terminara esta sensación
y no tener que devorar su carne.
Jamás volveré a estar solo.
No podría soportarlo de nuevo.
No importa cuantas veces
deba volver a devorar tu carne
en frenética violencia.
Puedo asegurarte que mi sufrimiento
es igual de grande que el suyo.
Cada día que pasa las voces
cantan, susurran y conspiran
dentro de mi cabeza.
Tan sólo tengo un solo deseo
tan estúpido como improbable.
No me queda de otra que vagar
en este ciclo de tormento
y sanguinaria satisfacción.