Me dijiste que de ser yo
ya habrías abandonado este absurdo juego
pero te debo recordar que esta vida
es sólo problema mío.
No importa que mierda digas.
Me aseguré de que de tu útero
no saliera ningún lazo que pueda
arrebatarme la libertad.
Corté mis cadenas hace mucho tiempo.
Así que a pesar de seguir encantado
aún puedo decir que sigo siendo libre.
Yo sé bastante quien que nunca te importé.
Así que perdóname si no rasgo
mis vestiduras y mi piel
al escuchar sobre tu miseria.
Despídete de los buenos momentos.
Porque lo único que me importa
es cuánto más puedo beber
antes de volver a gritar
por una absurda redención.
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