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No sabes cuanto
me repugna la felicidad.
No me importa si acaso
es que debo cambiar.
Esto es lo que soy.

Debí hacerle caso
a mis instintos.

Mantenerme encerrado
justo como siempre
lo he echo.

Pon una absurda
sonrisa en mi rostro
y pretende que me importa
conservar los buenos
momentos.

Debí haber escuchado
a mis años de experiencia.

Tuve que forzarme
a intentar cambiar
inútilmente.

Sólo la soledad
puede hacerme sentir
un poco menos peor
pero por desgracia
soy humano.

Desatado.

Destellos del pasado marchito
agobian a los terrores nocturnos
e incineran mi cuerpo.

Es reconfortante saber que
te importa mi destino.

Si pudieras escuchar mi voz

intentando adentrarse en tus sueños.

Implorando por ayuda.

Ya he caído demasiadas veces

como para que siquiera me importe.

Levantar la voz intentando

llamar tu atención y de algún modo

hacer que me tengas piedad.

No tiene sentido intentar
aferrarme a la nueva vida.

Encontré mi destino perdido
en los mares de incertidumbre
y aguas muertas.

Toma mi pulso.

No puedes mentirme
así que deja ya
de creer que eres
tan importante.

¿Que ha sido de ti?
¿A dónde has ido?
¿Que nos ha pasado?

Ya nada de eso importa.

Cada día me vuelvo
un poco más amargado
viejo y taciturno.

Busqué por lo alto
al igual que por los
abismos más profundos
sin encontrar respuestas.

No hay nada
que pueda hacer
o decir.

Para cambiar mi destino.

Camino rumbo
a la eterna perdición.
Es hora de dormir.

Nunca he pertenecido
a un mundo donde
el sol ilumine.
Necesito obscuridad.

No intentes cambiarme
pues nunca lograrás
que vuelva a respirar.

Es tarde para arrepentirse.

Tomaste mi cordura
e hiciste con ella
tu retorcida voluntad.

Es claro que debo
confiar en tus intenciones
aunque soy demasiado necio
como para escucharte.

Indiferente.

Cierto día lluvioso
las calles se tiñeron
de gélida nostalgia
presagio del invierno

Toqué fondo
en algún momento
de la noche.

Rodeado de bestias
y ángeles fanáticos.

Nunca necesité una cura
pero el castigo
cuenta otra historia.

Terminé comprando
una mentira tras otra.
Lo que fuera por ser
lo menos posible.

Necesitaba sentir
que tenía
un propósito.

Lo cierto es que
yodo es un engaño.

Hay quienes le temen
el momento de encontrarse
con el caos y la obscuridad.

Letargo.

Al decender a los confines
de la locura absoluta
cruda y frenética.

Hermoso libertinaje.

Que en una orgía
de sangre y huesos
hace volar
mi mente.

¿Donde estuviste
todo este tiempo?

Me vi obligado
a ser civilizado
y ahora lo he
perdido todo.

A quien realmente soy.

Hubo días en los que
habría preferido morir
y no tener una existencia
a la cual aferrarme.

Sé donde terminó todo
y no me importaría olvidar.

Aquellas visiones
que dijiste haber tenido
resultaron haber sido
un mal presagio.

Mi juventud es una mentira.

Fuertes abrazaderas
diseccionan mis entrañas
mientras mis manos
se desprenden.

Sin engaños.

No me preguntes como
es que he llegado a tanto.

Sinceramente
yo también quisiera
saberlo para así
lograr retractarme.

Sólo eres la peor de mis derrotas.

Hay tanto que amaría
poder borrar de la eternidad.

Pero sin importar que tan bajo
pueda llegar a caer
me sigo encontrando
con nuevas profundidades.

Sí que soy patético en realidad.

Pensé que en algún momento
las cosas cambiarían.

Al creer que algo podría
hacer que mis últimos días
fueran menos dolorosos
y dales algún sentido.

Incluso ahora vuelvo
a arrepentirme de todo.

Como si de algo sirviera.

Exceso.

Tan pronto
como el sía comienza
una herida vuelve
a derramar
fluido vital.

¿Esto será acaso
lo que he estado buscando?

Una maldición
que azota los confines
más profundos de mi mente.

No me sorprende
Tan sólo necesito
algo que odiar.

Me gustaría
poder dejar esto atrás
pero por desgracia
no hay nada
que pueda hacer.

Sólo conformarme
con hacer de mis noches.

El reflejo de mi mente
y de todo aquello
que debí sacrificar.

Pero eso nunca
podría importarte
tan siquiera un poco.
Sólo guarda silencio.

Mientras observo
aquello que perdí.

No tengo más remedio
que buscar la mirada
y encogerme de hombros.