jueves, 11 de julio de 2019

Ida.

Tu dulce cantar
no significa nada para mi.
Ahora soy obsidiana.

Creo que siempre
seré aquella enfermedad
que arruinó tu vida.
Aquel pecado
que siempre te perseguirá.

Nunca olvidaré el enorme
esfuerzo y la dedicación
que pusiste en repelerme.

Me mostraste
tu verdadero rostro
y ya no puedo
volver a acercarme
sin vomitar.

Así como no olvidaré
como es que te marchaste
cuando más te necesitaba.

Siempre has sido
mucho peor que yo
la diferencia
es que yo no oculto
quien soy en realidad.

Vanidad enmascarada.

No importa lo que digas
he cortado mis ataduras
y roto el hechizo
que habías puesto en mi.

Así que intentas
convencerme de estar arrepentido
mientras me asfixias.

Odio el juego de culpa
y supuesto auto sacrificio
deja ya de confundirme
con tu escoria subnormal.

Puedes contar
cada una de mis cicatrices pero el dolor
ya se ha ido.

Tus palabras han perdido
todo sentido y valor
al igual que todo aquello
que algún día fuiste.

Intenta desaparecer
justo como en aquel momento
en que clamaba por ti.

miércoles, 10 de julio de 2019

No hay limites.

No sé que esperas
cuando mis venas
se encuentran rebosantes
del licor carmesí.

Sé cuanto ansias
el sabor de mi sangre oxidada.
Justo como el veneno.

Sólo un pequeño sorbo
para brindar
por los viejos tiempos.

Una sutil trampa
se esconde entre
mis palabras cordiales
y falsa sonrisa.

Sólo dame una señal
y terminaré
con lo que tanto te atormenta.

Observa fijamente
justo debajo de mi manga
y no dejes de gritar

Perdido en el tiempo.

El nacionalismo es una enfermedad.
Los ideales son inútiles
si no sirven a algún interés privado.

Lo siento mucho.
No estoy en venta.

Es seguro
que desaparezca junto
junto a mi estúpido
sentido del orgullo.

Siempre he creído que no pertenezco
a la época en la que vivo.
Soy los escombros de una era olvidada.

Hay una linea
que juré nunca cruzar.

Romper
con esta realidad y tiempo
es mi única salida
si quiero conservar algo.

martes, 9 de julio de 2019

Devuelta al infierno.

Antes de saber
lo que estaba sucediendo
me vi rodeado
por miles de sombras.

Mis innumerables pecados
reclamaban
aquello que les pertenece.

Lo supe al escuchar
la lúgubre voz que en su tiempo
me trajo de vuelta
del inframundo.

Tengo una deuda
que sólo se salgará
si desgarro sin piedad
mi propia alma.

Es lo necesario
para calmar las ansias
de los espectros
que me siguen día y noche.

No hay nada que temer
sólo se trata
de una noche cualquiera.

Esperanzado.

Me sumergí en el ruido
de un motor decrepito
y elevo una plegaria.

Por aquellos días
que nunca volverán.

Por aquel futuro
que nunca llegará.

Por aquellas memorias
disueltas en licor.

Sólo por una noche
seré un hombre de fe
y suplicaré alto.

Por una promesa vacía
rota hace mucho.

Por una tumba sin nombre
donde podré descansar.

Por aquellas estrellas
que nunca volverán a brillar.

Esto aquí.
Ante los señores
del Averno.

lunes, 8 de julio de 2019

Espina.

Separo mi cuerpo y alma
en un salto de fe
esperando volver
antes del medio día.

Aparezco rodeado
de plantas
y miles de fotografías
esparcidas en el suelo.

Todas tuyas.

¿Que es este lugar
que me resulta tan conocido?

Subo las escaleras
giro a la izquierda
paso de largo
un librero vacío.

Detrás de mi
hay jaulas vacías
y un cuerpo sin vida.

El tiempo se detiene
pero mi cuerpo sigue moviéndose
y una puerta de negro ébano
con una dorada perilla
se encuentra a unos cuantos pasos.

Me pregunto que tan lejos
estoy dispuesto a llegar.

¿Debería retractarme
mientras que aún puedo evitar
encarar a mis demonios?

No hay nada que temer
incluso cuando ella termine
devorando mi carne
y masticando mis huesos.
Podré conocer mi verdadera suerte.

Abro la puerta y sólo
encuentro esta patética figura.

Recuerdo cuando solías
ser quien pudiera controlarme
y ahora eres tan frágil.

Deja de mirarme
de esa manera
y déjame ver
tu verdadero rostro
una vez más.

Esta vez
no tengo nada que perder
y siento la rabia
a flor de piel..