por casualidad.
La mecánica simple
de las manecillas
del reloj.
Nunca imaginé
que un giro a la izquierda
dolería tanto.
Pues te temo
al mismo tiempo que amo
como esa sonrisa tuya
ilumina tu rostro
y el mundo entero.
El mismo mundo que se ha vuelto
una masa insípida
que odio con fervor.
Desde que te fuiste
y dejaste de ser tu
no hay nada para mi
en la eternidad
del universo.
Encontraré la felicidad
rodeado de da cadáveres
y un fuerte olor a hierro.
Eres aquella herida
que siempre
intentaré
mantener viva
e infectada.
Los inocentes pagarán
lo que resiento en lo profundo
y me carcome día con día.
Hemos liberado al fin
la bestia que habita
en lo más profundo.
Estoy muy jodido.
Una noche tras otra
termino volviendo
al mismo día y hora.
Un ciclo que sólo termina
cuando siento la tibia
y suculenta sangre
de quienes me recuerdan
tu rostro y figura.
Imagen generada por I.A.
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