de un crujir interno
Tomo una vieja colilla perdida
e intento volver a hacer magia.
Nunca esperé rogar
por otra oportunidad.
Junto a aquel viejo lugar
dónde el sol suele perderse
durante tiempos obscuros.
de silenciosa infinidad.
Cual murmullo indolente
en el fin del mundo.
La luz se ha ido
desde hace mucho tiempo
y ahora sólo queda
el caos etéreo.
Los días se convierten en noches
en cuestión de segundos.
Sólo unos cuantos cigarrillos
antes de volver a dormir.
Un poco de tinta y sangre
marcan sueños difusos.
Solamente me queda
esperar siempre lo peor.
Todo pareciera ser tan sólo
uno de tantos sueños lúcidos
en los que el dolor crece
hasta quemarlo todo.
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