sin una sola alma que escuchara
como es que detesto
todo lo que existe.
Tal vez sólo estoy
un poco triste.
El aserrín en mis botas
y el dulce y alcohólico
néctar narcótico.
No necesito nada más.
Hace tanto que veo
al amor perdido
como otra tragedia
que debo tragar.
Todo es tan insípido
que no vale la pena.
Día y noche respiro
pequeñas dosis de cáncer
para sentirme en control.
Sólo otro placebo.
No podría importarme menos
lo que el destino depare.
Este mundo me ha escupido
ya demasiadas veces
como para preocuparme
por ver su resplandor.
Como si algo pudiera
traerme de vuelta.
Otro asqueroso trago
me hará descansar
hasta que todo termine.
Necesito de su presencia.
Dormiré bajo el puente
que dio su ultimo adiós
esperando que mañana
todo desaparezca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario