la noche
caiga
y encuentres
mi nombre
a tus pues.
Intenta
no desfallecer
ante
los fragmentos
del alma.
Tomarás
aquello
que dejé
al morir
y abandonar
mi palabra.
No soy
nada más
que un
desvergonzado
traidor.
He visto
el rostro
del averno
y el fuego
que terminará
con todo.
Abandoné
cualquier
sueño
e ilusión
que solía
sostener.
Incluso
cuando
solía
entregar
el corazón.
Una mentira
tras otra.
Estoy
terriblemente
acostumbrado.
El olvido
no ha hechó
más que
convertirme en
un monstruo.
Atormenta
mis sentidos
con tu voz
angelical
y malevolente.
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