viernes, 3 de julio de 2020

Lluvia.

En lo profundo
de una noche estrellada
se encuentra
una historia olvidada.

Aun sigo sonriendo
después de haberlo
perdido todo.

Aquella noche los astros
me mostraron
el verdadero dolor
y la eterna agonía.

Recorrió por mi cuerpo
un estruendo eléctrico
calcinante y corrosivo.

Me encontraba entonces
por primera vez en Interzona.
Gélidos y filosos cristales
me dieron la bienvenida.

Cuando pude sentir
como me desangraba
grité sin ser escuchado.

Así que me vi obligado
a abrazar el dolor
y fundirme junto
con el impacto punzante.

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