martes, 26 de febrero de 2019

Debo marcharme.

Fue hace mucho tiempo
al ser un gélido invierno.

Admiraba la inmensidad
de los cielos lejanos.

Recuerdo bien
los murmullos del viento
y su triste cantar.

No puedo evitar la nostalgia
al cruzar por la vereda
y pensar en todo aquello
de lo que fue testigo.

De cierto modo
puedo sentir la culpa
que el mundo
quiere que cargue.

Ridículo ¿No?

Aunque la realidad
suele ser así.

Absurda y sin sentido.

Supongo que solamente puedo
comenzar a caminar
y nunca detenerme. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario