Perdóname por quebrar
el implícito voto de silencio
y decir tu nombre
perdido entre las luces de la ciudad.
No puedo soportarlo todo esto
necesito estar solo.
Levanta mi cuerpo del lodo
y partamos a donde
hemos de mirarnos
por una última vez.
No me importa abandonarte
sacrificar mi vida
o negarme algo presido al destino.
Sé que nunca te he dado
razones para confiar en mi
y tampoco para merecer
este último favor.
Cual siniestra presencia.
Soy un mal presagio
no pertenezco a los buenos tiempos.
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