miércoles, 12 de noviembre de 2014

Las pesadillas

Pude sentir el calor negado,
el calor faltante.
Aquél que no trae la carne.

Siento paz sin estimulación
aunque, siempre la necesitaré,
es el costo de ser pendejo,
pero, a nadie culpo,
fue mi decisión.

Una simple fumada
trae consigo una herida.
Una que se siente en el alma
una que me aprisiona día con día.

Y aunque el cielo sea azul
y el pasto verde.

Todas las noches despierto,
despierto con esa imagen…
acosándome.

Este arrepentimiento
es merecedor,
de algún círculo infernal.

No puedo evitar…
retorcerme en cada uno
de los pecados habidos

en mi pasado.

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