tan sólo para poder
agradecerte.
Por haberme
librado de ti.
De tus gritos
de tus reproches
de tu presencia
y de tu voz.
Necesito tanto
volver a encontrarte
que incluso
me he vuelto
un eterno ermitaño.
Yo soy el culpable
de que hallas desaparecido
de la fas de este mundo.
Siente el infierno
cada vez que me atrevo
a abrir los ojos
en un universo
demasiado cruel.
Una muerte momentánea
es lo que necesito
para alcanzarte.
Esta carne
es tan defectuosa
que incluso
su sola presencia
mal obrará
esta tierra.
Escucha mi llamado
y acude ante mi
que la vida se acaba.
Sálvame de esta
miserable existencia
a la que con descaro
llamo vida.
