tan sólo para encontrar
la atroz manera
em qué terminé asesinando
cualquier vestigio de afecto.
Perdona
a esta alma en pena
que sucumben ante los vapores
de una psicosis
vespertina.
Tengo mil trucos
escondidos bajo la manga
esperando el momento
de la frenética
función final.
Sabes que no tengo
ningún otro motivo
que verte llorar.
Dejo atrás cualquier
estúpido intento por hacerme
volver abrir los ojos
y ver directo al alma
La empatía
no hace nada más
que volverme vulnerable
ante aquel encanto
Ahora, no soy nada más
que un demente asechando
desde algún rincón.
Mis manos esperan
por arrancar tu vida
así como tu hiciste
aquella lejana noche.