martes, 9 de junio de 2020

Cubre tus ojos.

Me gustaría poder
alimentarte con los tumores
que me hacen vomitar sangre
cada mañana.

Los ángeles estarían orgullosos
de tu soberbia e hipocresía.

Un cielo obscuro
y despejado, sin nubes ni estrellas
solamente frío y obscuridad.
Abismo y miasma.

Hemos roto los tabues
impuestos por el silencio.

Justo en aquel momento
en el que la luna dejó de ser sólo
un punto resplandeciente
y cobró vida.

Desde entonces puedo sentir
como es que me observa.

Al mismo tiempo
que una voz en la distancia
me recuerda que nunca
estaré solo.

lunes, 8 de junio de 2020

Entierro.

Mi corazón
por fin se ha
corrompido.

No creo
que pueda
seguir
aquí.

No mereces
la lluvia negra que
me acompaña.

Tus pecados
no significan
absolutamente nada
para mi

Nunca has
escuchado el lamento
nocturno.

El único
remedio para
todo esto
es el odio.

No quiero
verte viviendo
bajo la tierra.

Es una suerte
que nuestros caminos
nunca podrán
reconciliase.

Mis cadenas
se han roto
por completo.

domingo, 7 de junio de 2020

Media noche.

Mis ojos se cierran
sin tener remedio alguno
sólo me queda aceptar
que esta será mi última noche.

He visto tu silueta
merodeando las penumbras.

Debí saber que nunca
podría sobrevivir sin ti.
Debí haberte escuchado
y tal vez no estaría aquí.

Esperando con ansias
el momento de mi ejecución.

Toma un leve respiro
e intenta cruzar
un nuevo universo
un poco menos cruel.

Donde mis palabras
al fin sean las correctas.

Y de alguna manera pueda
recuperar el pasado perdido
y a aquella luz de esperanza
oculta en la fría penumbra.

sábado, 6 de junio de 2020

Manicomio.

Trato de encontrar
mi camino de vuelta
incluso cuando sé que nunca
me verás con los mismos ojos.

Quisiera ser incinerado
y no dejar rastro alguno
de mi triste existencia.

Los  soles cruzan frenéticos
un inestable horizonte.
Creo que finalmente
ha llegado el momento.

De volver a dormir
cobijado por el calor de tu seno
y el confort de tus manos.

Aunque sé que estoy perdido
lo cierto es que tengo
un simple motivo para
seguir esperando la redención.

El futuro siempre lucirá incierto
pero no estoy dispuesto a dejar
que vuelva a robar mi sueño.

Pues tu sonrisa es lo único
que logra hacerme recordar
que aun sigo con vida y que
puedo volver a sentir el sol.

Desde aquella noche de estrellas
supe que sin importar lo que pasara tu
siempre has sido mi destino.

No será hasta que el tormento
en que por fin termine de enloquecer
que que volveré a tu vida a buscar
la verdadera felicidad.

viernes, 5 de junio de 2020

Azul invernal.

Esta noche seré
mi propia sombra.

Observo desde
en sucio rincón
a mi cuerpo retorcerse
y gritar de nuevo.

Pueden pasar años
e incluso vidas enteras.

Nunca se terminará
el dolor punzante
que he de cargar
desde aquel entonces.

No tengo el valor
para volver a su vida.

Prometí nunca dejarte ir
sin embargo he quedado
sin fuerzas para seguir..
Mis ojos se cierran.

Sin que pueda atreverme
a levantar un último aullido.

Sé que la luna será
la unica en lamentar
que al fin me halla maechado
de este asqueroso mundo.

jueves, 4 de junio de 2020

Despliegue.

Déjate guiar
por las manos que sangran.
Nadie quiere hacerte
ningún daño.

Puedes olvidar
todo tu pasado
es hora de dar
el último paso
y el salto de fe.

De nuevo nos hemos
cruzado y por desgracia
nos volvimos
a enganchar.

Al igual que entonces
el "por siempre"
que nos espera
está muy lejos
de esta realidad.

Tan sólo quisiera
que el destino
tuviera misericordia
pero es mucho pedir.

Sé que no soy nadie
por quien valga la pena
adentrarse en los abismos
y encarar a la bestia
que habita en mi.

miércoles, 3 de junio de 2020

La gran noche.

Tu que siempre has querido
sanar mis heridas por más
profundas que sean.

Incluso
ahora que la rabia
se ha apoderado
de mi mente
rota.

Nubla mi vista
y devasta mi consciencia.
Liberarme de ataduras.

Observa
como es que termino
de perder la razón.
Lo que queda
es bestial.

Perder el control
puede llegar a ser divertido
de vez en cuando.

Sobretodo
en aquellas ocasiones
en las que el odio
se hace más
fuerte.

Silencia mi llanto
justifica mis errores
y sujetarme con fuerza.

Al menos
hasta que pueda
recordar
quien
soy.