viernes, 21 de febrero de 2020

Lo sé.

Vuelvo a golpear el asfalto
intentando recuperar
lo que yo mismo
me he arrebatado.

No tengo derecho alguno
de lamentarme.

Cruce todos los limites
sin importarme las consecuencias
que el futuro me cobraría.

Sólo me queda
reclamar el silencio
y esperar que el olvido
me borre por completo.

Ha sido mi libertad
quien me ha traído
por un camino
demasiado solitario.

Sé que no valió la pena
pero es tarde ya.

No importa lo que
decida creer o soñar.
Nada podrá devolverme
a mi única alegría.

Todo fue mi culpa
y se me han acabado
todos mis trucos.

Pude verte cambiar
pero nunca me importó
lo suficiente como para
traerte de vuelta.

Soy el único culpable
de haber destruido mi mundo.

jueves, 20 de febrero de 2020

Sin palabras.

Tengo tanta sed
que mis labios
y el denso polvo
se han fundido.

Dame un poco de agua y lágrimas.

Necesito volver
al pandemonio
y hacer de la locura
mi eterna locura.

¡Oh! Cuanto quisiera
poder arrepentirme.

Dar marcha atrás
mirarte directo a los ojos
y decirte que todo
se ha terminado.

Volver a mi hogar
y olvidarme de esto.

Pero si hay algo
de lo que estoy seguro
es que hacerlo será
completamente inútil.

Sólo existe una manera
de darle sentido a esta
eterna búsqueda.

Sólo debo dejar a las sombras
terminar con migo.

"Suerte"

Moldea mi mundo a tu conveniencia
estoy seguro de que tengo lo suficiente
como para justificar mi deterioro.

El amanecer bombardea
con incandescentes destellos.

¿Quien soy?

Nunca esperé que llegara el día
pudiera llegar a encontrar
vestigios de mi pasado.

Mientras que tu te regocijas
al verme suplicar de esta manera.

Me acerco dispuesto a matar.

Sólo puedo decirte que has sido
lo peor que puedo haberme pasado
y sin embargo te quiero.

Incluso ahora. que el silencio
por fin te ha consumido.

Es cierto.

Ahora sólo queda esperar que
los últimos vestigios desaparezcan
y comenzar de nuevo.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Decadencia.

Si al igual que yo
por fin te has encontrado
con la más sórdida
noche de tu vida.

Déjame decirte
que eso es sólo
el comienzo.

Las noches se tornarán
cada vez más turbias
y plagadas de nostalgia
desde aquella noche.

Las cosas han cambiado
y ahora te encuentras
en tierra de nadie.

Hasta ahora has tenido
demasiada suerte como
para que nadie lograra
romper tus encantos.

Apagar tu existencia
sólo es el primer paso
para adentrarme aún más.

Tuve una visión
en la que pude haber evitado
que el fuego se propagara
pero quería que ardieras.

Un sonido.

Una lágrima vespertina
encaminará tus pasos
hacia el inevitable
cierre de telón.

Terminaremos por encontraros
sumergidos en las sombras.

Y en un par de instantes
volveré al pasado
sólo para evitar
perderte, querida mía.

Sólo soy un hombre
demasiado amargado.

Lo suficiente como para
tragar arena inmunda
sólo para volver a la derrota
un poco menos amarga.

Estoy tan acostumbrado
a dejarme desaparecer.

Esta vez estoy seguro
de haber destruido
todo lo que me ataba
a tu dulce recuerdo.

Sin embargo estoy aquí
rogándole a la luna.

martes, 18 de febrero de 2020

Muerte.

El abismo ha liberado mi mente
del eterno destierro al cual
me habías condenado
y he vuelto a respirar.

Corrompe mi mente
tanto como quieras
el final será el mismo.

Ya he derrocado
terrores  abstractos.

Ahora que entiendo claramente
a los aullidos sobrecogedores
que asedian las noches malditas
es cuando envidio a los muertos.

No eres nadie para
cuestionar los designios
de la dama pálida.

La más benevolente
de todas las musas.

Pues con un beso gélido y celestial
arranca el espíritu del cuerpo
y con su enternecedora sonrisa
proclama el inminente final.

Haría lo que fuera
por sentir aquel
aliento petrificaste.

Y conocer al fin
sus designios.

Estremecedora.

Dosifica la tristeza
con un cenit envenenado
que gradualmente
me enloquecerá.

Despierta a la bestia.

No sabes cuanto
he estado esperando
para hacer realidad
mi más grande anhelo.

Y estremecer tu mundo.

No me preguntes a donde
se han ido mis esperanzas
pues donde sea que estén
es sin duda un mejor lugar.

Al final. Todo estará bien.

No sé cuantas veces
he estado al borde de la muerte
y me he mantenido
respirando.