jueves, 23 de enero de 2020

¿Puedes culparme?

       No importa
    cuanto supliqué
          por un poco
     de clemencia.

        Las visiones
     y sonidos
nunca se detuvieron.

     Sólo una mano
se atrevió a ofrecerme
    su ayuda.

   Efectivamente
    se trataba
 de una mano decrépita
        y sepulcral.

¿Habré vendido
              mi alma?
   ¿Valió la pena?

No hubo tiempo
           para mirar su rostro
     pero recuerdo su nombre.

      Prometí fidelidad
         y sacrificios
     al gran señor
     de la discordia.

          El único que miró
      directamente
  a mi alma corrupta.

         Sonrió efímeramente
          y me mostró
mi verdadero destino.

miércoles, 22 de enero de 2020

Oculta.

Al igual que todo
me he marchitado.

Veo como mi vida
termina lentamente
mientras el crujir
interno e indicioso
augura la muerte.

Pero eso ya lo sabes.

Merezco morir
bajo mi propia mano.
Lo tengo ben merecido.

Los felices días terminan
pero el tormento no.

Así que, bienvenida seas.
Puedo prometerte
que sufriré lo mismo que tu
e incluso intente matarte.

Haría lo que fuera para escapar.

Del eterno martirio
Que significa mantenerte
por siempre en mi memoria.

Cuando abro los ojos
y vuelvo a escuchar tu voz.

Sé que nada podrá solucionar
los innumerables errores
que he cometido pero
al menos debería intentarlo.

Ya no puedo seguir así.

Entendimiento.

Permiteme presentarme
e intenta no juzgar las heridas
que deforman mi antebrazo.

Nunca me ha importado
herir mi propia piel
para intentar sentir
cualquier cosa.

Puedo estar destruido
pero nunca morderé
una mano gentil.

Debo estar agradecido
con quienes me mostraron
el infierno que me espera
pero perdonar, no es lo mio.

Puedo llegar a ser
completamente benévolo
pero es tiempo se ha terminado.

Puedes mostrar orgullosa
aquella puta medalla
Que tanto crees merecer
pero no engañará al infierno.

Y es que te conozco tan bien.
Lo suficiente como para ver
aquella sombra que te carcome.

martes, 21 de enero de 2020

Impío.

He intentado evitar
por demasiado tiempo
aquello que el futuro implora
por mostrarme.

Puede que al fin
hallas logrado ver
la corrupción.

A mi ya no me importa
intentar ayudarte.

Tomaste mis esperanzas
e hiciste de mi mundo
un infierno solamente para
alimentar tu vanidad.

No esperes que pueda
permitirme olvidar
tu rostro sonriente.

Ni cada una de las palabras
que emergieron de tu boca.

Siempre he sabido
que la desolación es inminente
y que sólo necesito un par
de malos momentos.

Para volver al infierno
y ser condenado a vivir
por siempre encerrado.

En una habitación
blanca y acolchonada.

¿Seguirás extrañándome?

Destruye mi piel
       y márchate
    antes de que
      el reptil.

Me fuerce a sobrevivir.

       Hace mucho
 que no habría
       sentido la vida
    escapar.

    No me importa
 estar bien.

    Sólo grita
 mi nombre
     y estaré sumamente
  satisfecho.

Puedes dejar de correr.

       No necesitas
     ocultar tus ansias.

      Pues al fin
         he encontrado
    el verdadero camino
       al paraíso.

     Sólo necesito que
        confíes en mi.

     Sé que nunca
 será una opción
       creer en mi
  absurda palabra.

Pero he cambiado.

lunes, 20 de enero de 2020

Fenómeno.

Hablas como si de verdad
supieras quien solía ser
antes de haber tocado
las profundidades abisales.

Solías mostrarte
como un regalo divino
pero al final sólo fuiste
un tormento más.

Sé que nunca podré
escapar de tus garras
pero sólo quería morir.

Pero el tiempo suele tener
caprichos incomprensibles
para aquellos que se atreven
a levantar su voz con ira.

No hay nada que pueda
resultar más repugnante
que saber que puede llegar
a ser igual que tu lastre.

Debo estar agradecido
con aquello que causa
mis impulsos suicidas.

Debería haber muerto
con una estúpida sonrisa
marcada en un rostro
decrepito y demente.

Me atreví a buscar
en los infiernos inhóspitos
obscuros y lúgubres.
Una manera de escapar.

Y de algún modo
poder ser inmune
a los nuevos tiempos.

Diluye.

Fue una maldición tener
que soportar ver
como tu silueta
poco a poco desaparece.

En fin, sólo queda
volver a bloquear
por completo
todo mi pasado.

Lo he hecho miles de veces
así que no te sientas especial.

Sólo se trata
del enorme rencor
que he prometido
mantener vivo.

Puedo pasar una vida
alimentando solamente
aquel viejo resentimiento
y la natural aversión.

La soledad siempre ha sido
mi única verdadera compañía.

Intenta tomar mi mano.
Intenta salvarme.
Es demasiado tarde
como para arrepentirme.

Pero al final sonreiré
cuando vuelva a encontrarme
frente a mi único deseo
y sólo en aquel entonces.

Habré hecho que mi vida
cobre algún sentido.